sábado, 4 de octubre de 2008

长生猪 EL CERDO DE LARGA VIDA


Mi amigo Hu Yiting me contó, que un vecino suyo tuvo un cerdo que se enfurecía cada vez que veía a un anciano que moraba al lado de su casa, hasta el extremo de querer acercársele para morderlo, comportamiento que, con otras personas, no se repetía.

El anciano, ofendido, quiso comprar el cerdo para sacrificarlo, pero relexionó, cambiando de parecer cuando una luz se encendió en su corazón: Tal vez yo tenga una deuda pendiente de alguna pasada encarnación; pero en el mundo no hay deuda que no pueda pagarse, --se dijo para sí.

Entonces compró el cerdo por un precio excelente y lo regaló a un templo budista para que fuera símbolo de larga vida.

Después, cuando el viejo iba al templo, el puerco se le acercaba, cariñodo, bajando las orejas, sin asomo de su anterior antipatía.

No hay comentarios: